Últimamente he estado pensando qué sería de mí sin un tú. Ya sé que no debería pensar en esas cosas pero aún así lo hice. ¿ Sabes cuál fue mi conclusión? Pues que quizás me esté acostumbrando demasiado. Es posible que mañana ya no estés y si eso pasara… yo no sabría qué hacer. Recuerdas cuando me pediste que te hiciera un hueco en mi vida, que arriesgase? Pues bien, yo lo hice. Sí, te entregué una gran parte de mi, y luché, ni siquiera sé por qué. No te conocía, no sabía cuáles eran tus aficiones ni si preferías la Coca-cola a la Pepsi, si te gustaba más el chocolate blanco o el negro... pero pensé que lo nuestro podría funcionar, lo vi en tus ojos… Fue por eso que intente, cambié mi vida por completo. Y yo encantada, Entiendes? El problema es que… hemos llegado a tal punto en el que estoy empezando a necesitarte. Y eso no me gusta, no me gusta nada. A quién queremos engañar? Tú vas llenando mi vida cada día un poquito más y sin embargo yo… Seguramente solo sea un capítulo de la tuya. Es posible que mañana te levantes y te des cuenta de que no me quieres o de que la distancia pues... que veas más fácil empezar con otra, y Qué podría hacer yo al respecto? NADA, tirar toda mi vida a la basura: mi mundo, mis planes, los billetes de ida y vuelta, los sueños y las promesas… todo. Joder, es todo tan difícil… Me siento estúpida aquí, escribiendo sandeces que ni siquiera quiero que leas. Pero créeme que no es fácil sentir que lo que más quieres se te escapa de las manos, y no poder hacer nada para evitarlo, porque estas jodidamente a1.362km, porque ni siquiera estás ahí para recordarle que le quieres. Y tampoco es fácil irte a la cama sin saber donde estará la persona con la que quieres compartir noches, y sin sus besos o sin su voz de por las mañanas. Porque evidentemente no es lo mismo leerlo que recibirlo. Porque evidentemente te echo de menos, y es más evidente aún que esto es una locura, más locura aún sin ti y tus besos.