jueves, 3 de noviembre de 2011
Nadie puede darme lo que tú me das.
¿Sabes? Yo también sé porque te quiero. Porque haces las cosas fáciles, y porque si tuviera que elegir un lugar para vivir, sería tu cuarto. Porque los días que no puedo más apareces con una sonrisa y me salvas como si nada pasase. Porque el día que dije que no al amor, apareceste tú haciendome cambiar de idea como de costumbre. Te quiero, por tu sonrisa y tus ojos, tus manos y tu forma de tocarme. Te quiero los lunes por la mañana y los sábados por la tarde. Te quiero en mi cama, en el parque, aquí o en Londres. Te quiero conmigo siempre.