jueves, 20 de enero de 2011

Hay cosas que no se pueden explicar.

Por qué brilla el sol por las mañanas, por qué la luna llena nos gusta tanto a todos, por qué somos capaces de escuchar una canción mil veces y no cansarnos. Por qué nos gusta el chocolate y por qué no la verdura. Por qué tenemos que ser como los demás, por qué nos gustan los amaneceres, por qué ries y lloras. Podemos seguir buscando, que no vamos a encontrar respuesta, y es mejor así. Porque las cosas que de verdad importan son las que sí que tienen una contestación. Y supongo, que mi respuesta a esas preguntas que de verdad importan, son ellas. Lo mejor que tengo, como una pequeña familia que se ha construido sobre la confianza, el amor, nosotras. Cinco, diferentes, iguales, una.